Tormenta geomagnética solar golpea los polos

UTC anunció la semana pasada el impacto de una tormenta geomagnética solar de nivel G3 a las latitudes polares e incluso zonas más bajas llegando Pennsylvania, Iowa y Oregón con peligros para la navegación y con efectos visibles de aurora boreal. En bajas latitudes de Europa y Asia también pueden observarse estos efectos.


El informe de NOAA (Centro de Previsión de Clima Espacial de la Agencia Nacional Atmosférica y Oceanográfica de Estados Unidos) advierte que pueden ocurrir irregularidades en el voltaje, alarmas que no corresponden, afectar los sistemas de protección de las naves aéreas y se pueden producir problemas de orientación en los satélites. Es frecuente en estos casos la comunicación intermitente GPS con rangos de errores en las altas frecuencias.


A las 14 horas se informó de una nueva alerta de tormenta solar geomagnética moderada de nivel G2 y otra de nivel G1.


Tormentas geomagnéticas


La magnetosfera es una región alrededor de un planeta en la que su campo magnético desvía la mayor parte del viento solar, formando de esta forma un escudo protector contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del  Sol. La magnetosfera terrestre no es la única en el sistema solar ya que todos los planetas con campo magnético como Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, poseen una propia. Las partículas del viento solar que son detenidas forman los llamados cinturones de Van Allen.


Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal de la magnetosfera terrestre asociada a una eyección de masa coronal (CME), que es una onda hecha de radiación y viento solar que se desprende del Sol en el periodo de Actividad Máxima Solar. Esta onda puede ser muy peligrosa ya que si cuando llega a la Tierra, su campo magnético está orientado al sur, puede dañar los circuitos eléctricos y sistemas de comunicación. Además se reduce el campo magnético de la Tierra. La tormenta geomagnética puede asociarse también a una llamarada solar. 


La onda de choque de viento solar llega entre 24 y 36 horas después del suceso de la perturbación de la magnetosfera. La presión del viento solar sobre ella aumentará o disminuirá en función de la actividad solar, claro está, y modificará las corrientes eléctricas en la ionosfera. Normalmente las tormentas magnéticas suelen tener una duración de 24 a 48 horas, aunque pueden llegar a prolongarse varios días.


Las Etapas de la tormenta geomagnéticas son tres. La primera es la Erupción Solar, que expande la atmósfera hasta alcanzar las órbitas de los satélites alterándolas y provocando caídas a la superficie de la tierra. A continuación la Tormenta de Radiación que puede quemar los circuitos eléctricos y dañar a las personas expuestas. La tercera etapa es la Eyección de Masa Coronal.

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